jueves, 3 de julio de 2014

India - Varanasi. la puerta hacia la liberación

India - varanasi

Mi entrada en la India no podía ser por otro lugar.




 Varanasi, una de las ciudades más sagradas de la India y del mundo entero. Después de más diez años de mi primera visita me vuelvo a encontrar con el Ganges, con los sadhus, con los ghats y con toda la magia de uno de los lugares más espectaculares de la india, donde nadie queda indiferente.








Se calcula que el hinduismo tiene más de 800 millones de seguidores en India, devotos de algo más de 300 millones de dioses. La cantidad de templos es prácticamente incontable, solamente en el estado de Tamil Nadu su número supera los 34 mil. Pero no hay lugar que represente la suma de todos estos ingredientes de mejor manera que el sagrado río Ganges, o Ganga, como se lo conoce en la India.






















Pero para los creyentes, su río sagrado escapa a cualquier tipo de raciocinio. Cada inmersión en sus aguas sirve para limpiar un pecado, rindiéndoles homenaje a sus ancestros y dioses.  El Ganga tiene estas virtudes en sus más de 2000 km de extensión, pero es en Varanasi donde alcanza el nivel máximo de santidad. Es por eso que al morir en esta ciudad los hindúes quedan liberados inmediatamente del karma (ciclo de reencarnación). Los que tienen la posibilidad, tratarán de pasar sus últimos días de vida a las orillas del río. De fallecer en otro lugar, la liberación se logra al momento en que sus cenizas son arrojadas en el Ganga.



























Luchando para no morir ahogado en mi propio sudor debido a los más de 40 grados que hay en la ciudad me dirijo a los Ghats, que son las escalinatas que conducen al río. Aquí se encuentra la barrera que divide el caos de la tranquilidad, lo terrenal de lo espiritual. Es aqui donde a las 7 pm se realiza la puja, ceremonia diaria que literalmente significa respeto, ofrendas y rezo al río Ganges. Este concurrido espectáculo se extiende por una hora y se realiza también al amanecer. Son 3 pujas simultáneas con distinto grado de importancia.




























El movimiento es constante… gente lavando ropa; otros compartiendo el baño matutino con búfalos; otros que se lavan los dientes y hasta están los que toman el agua sagrada o cargan sus bidones para llevar y utilizar en sus ceremonias privadas. Somos sólo los turistas los que pensamos cómo puede pasar todo esto en uno de los ríos más contaminados del mundo. Así es India, nuestra lógic nunca puede explicar su realidad, y eso es lo que la hace tan especial.



















Es aquí donde se ve mayor cantidad de Sadhus, hombres de estatus sagrado que decidieron abandonar todo lo material para dedicarse plenamente a la religión. Aunque claro que no faltan los oportunistas que dicen ser sagrados para ganarse algunas rupias.













Paseo por los ghats hasta que me encuentro con grandes pilas de madera y algunas fogatas… he llegado al llegado al ghat Manikarnika, uno de los crematorios donde cada día decenas de personas son incineradas bajo un escrupuloso ritual. Este es el lugar principal para realizar las cremaciones. Varios cuerpos son incinerados en simultáneo entre medio de muchos curiosos, familiares, perros y vacas. 
• Los últimos restos de un cuerpo no se terminan de quemar nunca. Avivan el fuego pero no es suficiente… “He´s hard to die”, dice un familiar. Por el otro lado, un amigo del cremado le saca fotos al cuerpo que empieza a envolverse en llamas con la cara destapada. Los cremadores y otros posan junto al cuerpo mientras se quema. Todos felices como si fuera la foto de una fiesta. Los turistas miramos este ritual tan extraño para nosotros. Parece que para nada les importa que la gente mire, incluso muchos hindúes van a pasar la tarde a esa zona a observar y tomar té. Sin embargo yo lo siento como una falta de respeto y continuo mi camino entre montones de madera.



Cremar a alguien aqui es muy caro, el precio varía de acuerdo a la cantidad y calidad de la madera. Luego de cremado el cuerpo, las cenizas son arrojadas al río, donde se le dan las últimas bendiciones. Previo a la cremación, el hijo mayor del difunto debe raparse la cabeza como símbolo de humildad. 
Sin duda un viaje por el norte de la india tiene que pasar por Varanasi, contemplar la actividad en el amanecer y atardecer seguro que se queda grabado en la retina por mucho tiempo.
De aquí me dirijo a Rishikech, la capital del mundo del yoga y la meditación, donde pasaré unas semanas en un Ashram. Digamos que es un lugar entre un monasterio y un hostal donde Hindúes y turista se concentrar para meditar, hacer yoga y demás rituales.


No hay comentarios:

Publicar un comentario