10 DIAS DE RETIRO

10 DIAS DE SILENCIO

Después de pasar de una actividad física total y un continuo suceder de autenticas maravillas visuales por las montañas de Nepal, doy un giro radical y me presento en Lumbini, el lugar que vio nacer a Buddha, dispuesto a hacer justo lo contrario.

 He pasado de las más altas montañas del planeta a explorar lo más profundo de mi conciencia.10 días de meditación en estado puro, meditación Vipassana. Siguiendo a rajatabla las reglas y horarios. Silencio noble, lo que significa no hablar ni comunicarte con el resto de alumnos de ninguna forma. No móviles ni ningún tipo de comunicación con el exterior, no escribir ni leer, no escuchar musica ni siquiera golpear un pequeño palito contra una piedra.

Al principio crees que todas estas reglas no tienen mucho sentido, o que son un poco exageradas, pero conforme van pasando los días lo entiendes a la perfección. Lo que se busca es un estado continuo meditativo. Esto significa que además de las horas que pasas sentado con las piernas cruzadas y los ojos cerrados, se pretende que el resto del tiempo no pierdas la concentración. Mientras comes, te duchas, lavas la ropa etc tienes que seguir trabajando. Es curioso cómo a medida que pasan los días agradeces todas estas reglas y le encuentras toda la lógica.

Guiados por el gong de una campana, que hace su primera aparición a las 4 de la mañana, vamos al hall de meditación, donde comenzaremos lo que será otra dura jornada. A las 6:30 desayunaremos y a las 8 afrontaremos el segundo asalto. Esta vez serán 3 horas de sentada con un descanso de 5 minutos en los que no se desfasan ni un sólo segundo. Tanta es la precisión que justo te da tiempo para intentar levantarte, beber un trago de agua y llega el siguiente Gonggggg!!!! . Tras un paro de 1:30 para comer a las 11, llega el tercer asalto con otras 4 horas con las piernas cruzadas. A las 5 llega lo que entendemos por una cena ligera, muy ligera y vuelta al ruedo...

En total 11:30 horas de meditación diaria, aprendiendo la técnica Vipassana desde la base. En una experiencia durísima, quizá la más dura de mi vida. No sólo por el silencio, ni por los 40 grados de temperatura que hemos tenido durante estos días. Cuando a las 6:30 de la mañana llevas 2 horas retorciendote de dolor físico y pensar que te quedan todavía casi 10 horas por delante y un montón de días es sin duda un gran desafío y una gran prueba mental...