14/07/2015 Situbondo, Indonesia
Hace tres días sufrí como nunca en la subida al Volcán Bromo y juré y perjure que no volvería a subir una montaña en esta isla.
Hoy he cometido un error. Levantarme muy optimista!!
Son las 7 de la mañana y me propongo subir el volcán Ijen para ver las minas de azufre.
Pedaleo por Situbondo y me encuentro un grupete de cicloturistas que cuando me ven me llaman la atención. Me paro, hablamos y reímos y al poco rato continuo mi marcha, esta vez escoltado por mis nuevos amigos durante unos metros hasta que les cuento mis intenciones deportivas para el día de hoy y con una gran sonrisa y unas cuantas fotos hacen mutis por el foro.
Pronto comienzan las primeras rampas, por ahora son llevaderas. Me esperan unos 70 kilómetros de prácticamente subida.
Cuando llevo 35 kilómetros y ya un desgaste en el cuerpo más que notable, la cosa se pone mucho más seria. Llevo unos cuantos kilómetros arrepintiendome de la decisión valiente esta mañana.
Decido que mejor que empujar la bici eternamente, es coger un autobús y que haga por mi el trabajo sucio.
Acertada decisión pero con un error. Este autobús sólo me sube 20kilometros hasta Sempol. Disfruto de placentero viaje aunque vamos como en una lata de sardinas. Para mi esto es un bussines class.
Me quedan más de 10km de auténtica tortura. Otra vez arrastrando la bici por unas cuestas imposibles. Intento hacer lo que puedo dando pedales pero llega un momento que las piernas dicen basta!.
Me encuentro a algunos mineros que bajan y me animan. Pienso el lo paradójico del asunto, yo sufriendo por perseguir un sueño y ellos sufriendo y dejando sus vidas por llevarse algo a la boca.
Hace un rato que pregunté cuanto quedaba y me digeron que tres kilómetros. He hecho cuatro y no veo el final.
Pregunto de nuevo y me vuelven a decir que tres. Me cuestiono si es el único numero que saben decir. Me acuerdo del que me dijo hace cuatro km que quedaban tres y sigo retorciendome en el asfalto.
No lloro porque he sudado tanto que hasta las lágrimas se me han agotado. Vuelvo a repetirme una y otra vez que nunca más. Ya veremos....
Pero todo sufrimiento tiene su fin y el mío llegó.
Monto la tienda de campaña y a las 8 a dormir. Me levantaré las 3 para ver el amanecer desde lo alto del volcán Ijen.
Suena el despertador y con la emoción de un niño en la noche de reyes, Me coloco el frontal y comienzo a caminar cuesta arriba.
Pronto veo un sin fin de frontales ascendiendo por el mismo camino. Son el resto de turista que vienen a hacer lo mismo que yo pero que seguro que el camino hasta aquí habrá sido más placentero.
Nos mezclamos con los mineros que suben por la misma cuesta pero con distinto objetivo.
Cuando te crees que lo has visto todo o mucho en esta vida llegas a este lugar. Describir lo que aquí se vive es muy complicado.
Por un lado decenas de turistas sacando fotos y recibiendo una lección de humildad, por otros lado la vida de estos héroes.
Aquí se dejan literalmente sus vidas.
Se levantan a las 2 de la mañana, cogen sus cestos y suben durante hora y media hasta el cráter. Descienden hasta el infierno, donde se encuentra el azufre, su oro, su pan.
El olor ahí abajo es, además de toxico, insoportable. Se colocan unas mascaras que son más de adorno que otra cosa. Se meten en la entrañas, donde el vapor de azufre sale con más fuerza y golpean con un pico hasta conseguir llenar la cesta.
Ahora toca subir la carga a hombros hasta lo alto del cráter. Media hora con entre 75 - 100 kg en sus espaldas, luego bajarlo montaña abajo durante otra hora y así dos veces al día.
Todo esto para ganar 800 rupias por kg recolectado. Los cálculos son sencillos. 8€ al día por dejar su vida en este infierno.
Lo más sorprendente de esta historia es que entre todos estos auténticos luchadores, estamos los occidentales observando su durisimo trabajo, sacando fotos y ellos sonriéndonos y animando nos a sacarles fotos.
Cuánto nos queda por aprender lo dura que puede ser la vida y sobre todo que por dura que sea podemos seguir sonriendo cada día.
Recomiendo a la gente que en vez deponer en el escritorio del ordenador una foto de una playa paradisíaca y que te recuerde cada día lo desdichado que eres, coloque una foto de estos supervivientes, de estos luchadores y recuerdes lo afortunado que eres. Eso si, que no la vea tu jefe no sea que se le ocurra convertirte en uno de ellos.
15/07/2015. Bye bye Java.
Abandono Java dejando atrás el terrible trafico que me ha perseguido cada día. Donde he temido en alguna ocasión por mi vida. Dejo atrás esos días de sufrimiento subiendo al volcán Bromo y al Ijne, sus vistas y sobre todo sus héroes, los mineros. Dejo atrás cientos de sonrisas y cientos de : Hello Misterrrrr!!!
Toca cambio de isla, me voy a Bali, la isla de los turistas, de los templos hindúes, del exotismo, de la fiesta, del sol, de la arena y de las OLAS con mayúsculas.
Me propongo hacer la costa norte, escapando de las masas de turistas que vienen a gastar sus dolares e intentar adentrarme en la vida local, en sus casas y en sus vidas por unas horas...
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