Tailandia marzo 2015
El destino hace que justo cuando estoy decidido a ir a Bangkok para comprarme la bici y preparar todo para esta nueva etapa, aparezca un cicloviajero que justo quiere hacer el cambio contrario, vender la bici.
Trato hecho!!
En el sur de Laos, en Thakek, comienza mi nueva etapa.
Tras unos días pedaleando por Laos, llego a la frontera con Tailandia y poco les falta para hacerme la ola. Me facilitan los tramites e incluso la oficial de turno me da 100 baths ( unos 3€) para que me gaste.
Los primeros días me esta costando un poco hacerme a pedalear, al peso de la bici y al calor, pero noto cómo cada día voy encontrando el ritmo.
Haciendo alguna trampilla...
Van pasando los días y hoy llego a Hua In. Los últimos kms pedaleando venia pensando que me apetecía salir en esta ciudad a tomar algo por la noche.
Empiezo entonces a buscar un hostal por el centro y lo que me encuentro es una ciudad burdel. Bares con un montón de señoras de la calle llamandote la atención para que entres.
La fotografía del lugar es curiosa. Hombre en torno a los sesenta paseando, bebiendo y acompañados de elegantes señoritas.
Entiendo que son solteros de diferentes países en los cuales no tienen mucho éxito sexualmente hablando y vienen aquí. Se sienten escuchados y pasan un buen rato.
También ves al típico pagafantas, el treinta o cuarentañero que no se come una rosca en su país y aquí van de la mano con chicas qu podrían ser modelos. Lo gracioso es que algunos hasta sacan pecho. Creerán en serio toda esta gente que ha llegado su racha y todas se enamoran de ellos???
Cambio de idea y decido que no será este lugar donde me gaste los baths en cerveza, así que busco una alternativa de alojamiento gratuita volviendo a la filosofía de mi viaje. Dormir siempre que sea posible en templos, bajo las estrellas o debajo de un banco si es necesario.
De casualidad paso por un parque de bomberos y siento que este será el hotel de esta noche.
Les pregunto si es posible pasar la noche allí y aceptan rápidamente. Me indican donde ducharme y paso un rato hablando con ellos.
Por la mañana tras un café monto los bártulos en Canndy( como he bautizado oficialmente a la bici por lo de cannondale la marca) y comenzamos la nueva jornada.
En busca del camino
Niños trabajando en plantaciones de tabaco
El hombre de los tatuajes
Normalmente me levanto sobre la 6, hago un poco de Yoga y para las 7:39 -8 arranco. Hoy pedaleando decido que tengo que cambiar de estrategia. A partir de las 11 es levanta un viento en contra que me hace ganarme a pulso cada metro que recorro. Decido que a partir de mañana me levantaré sobre las 5:30 para a las 6 comenzar a pedalear. Es de día , poco tráfico, no hay viento y no hace calor, por lo que veo que todo son ventajas.
Peleo con el viento, para saber si voy en la buena dirección lo tengo fácil siempre que el viento me de completamente de cara, es la buena. Y esto a un buen amigo que él ya sabe se dará por aludido...
6 Am y haciendo amigos...
De vez en cuando me paro en alguna sombra y entonces cuando el viento, ese que tanto odiaba hace un minuto, ahora se convierte en mi mejor amigo y agradezco cómo roza mi piel y me ayuda a refrescarme.
Ahora recuerdo cuando los budistas me dicen que lo que vemos es realidad creada. El viento, un momento puede ser algo agradable o realmente desagradable. Pero el viento es viento...
Entonces de la misma forma todo lo que nos rodea le damos un atributo en función de nuestro estado de animo, de nuestras experiencias pasadas etc. Entonces no tenemos que cambiar el viento o las circunstancias que nos rodean sino muestra forma de observarlas. Digamos que colocarnos las gafas siempre con los cristales rosas.
Hoy son 116km los que hemos hecho. Nos damos por satisfechos y decidimos parar en el siguiente pueblo.
A lo lejos veo un monasterio (wat) junto a la playa que resalta sobre el resto del paisaje.
Me dirijo allí y pregunto si es posible pasar la noche. Aceptan sin rechistar y además me ofrecen, como siempre lo hacen una ducha. Es curioso cómo cosas tan sencillas como una ducha basada en un montón de cubos de agua sobre tu cuerpo en un baño muy precario y mucha veces en la calle, se convierte en algo tan preciado y lo disfrutas como si estuvieras en un Spa de lujo.
Decido colocar la tienda delante del templo junto a la playa.
Termino el día haciendo Yoga en la playa, dándome un baño en el mar viendo la puesta de sol, y una simple pero sabrosa cena en un restaurante local al lado del mar.
No esta nada mal para terminar otro día.